El primer código moderno de construcción que existió en el país surgió en 1957 justo después de un sismo de 7.6 grados que azoto la ciudad, un sismo que será recordado porque derribo el Ángel de la Independencia. Dicho código de construcción toleraba sismos de hasta 7.1 grados. En aquel entonces la ciudad se sentía segura e invulnerable, pero su seguridad y confianza cayeron junto con los edificios esa mañana. ¿Por qué colapsaron los edificios? Existen varios factores, entre ellos esta el que durante casi 30 años no se actualizo el reglamento. Las autopsias del desastre concluyen que los edificios en el terremoto del 85 colapsaron además porque las normas no estaban diseñadas para afrontar un sismo de 8.1 grados y principalmente porque los constructores sistemáticamente violaban los reglamentos, omitían detalles constructivos, colocaban menos acero del especificado, otro tipo de concreto, no consideraban el tipo de terreno y además los edificios estaban excedidos en cuanto a la carga viva que podían soportar.
La corrupción fue el problema principal por el cual los edificios se derrumbaron el 19 de septiembre. A partir de esta fecha se hizo la segunda modificación más importante al Reglamento de Construcción haciéndose mas estricto. Se establecieron organismos externos a las constructoras que autorizaban los permisos de construcción siempre y cuando cumplieran con las normas y estos organismos serían los encargados de supervisar la obra durante su construcción. Cada edificio construido después de ese año debería construirse en base al nuevo reglamento para resistir un sismo de 8.5 grados. A partir de esa fecha y hasta nuestros días, El Reglamento de Construcción del Distrito Federal se revisa y actualiza periódicamente. De esta forma, hoy por hoy, en el año 2013 los edificios se construyen utilizando la versión más actualizada del Reglamento de Construcción para el Distrito Federal, una versión del año 2004 que establece soportar sismos de 8.5 grados. Además del Reglamento, existe una serie de normas técnicas complementarias para el diseño y construcción de estructuras de concreto, acero, mampostería, madera, cimentación, análisis por viento y adecuaciones al diseño sísmico.
iseñar un edificio para que sea inmune a movimientos sísmicos o que soporte más de 10 grados si se puede hacer, pero esto aumentaría el costo de la estructura en cuatro o cinco veces y desde el punto de vista económico no es factible, pues un terremoto de más de 9 grados podría ocurrir una vez cada 120 años, por lo que es posible que haya construcciones que en toda su vida no pasen siquiera por uno de ellos. Es por esto que los edificios se calculan para soportar sismos moderados.
Los mexicanos tenemos uno de los reglamentos de construcción más estrictos del mundo que se revisa y actualiza periódicamente, un reglamento de construcción que en días pasados después del sismo del martes 20 de marzo de 7.4 grados el presidente Felipe Calderón “Presumió” y reconoció el esfuerzo de los servidores públicos que si trabajanque gracias a ellos quizás estamos vivos el día de hoy. La historia nos enseña que podemos tener el mejor reglamento del mundo, pero que si no lo aplicamos de nada nos sirve. El deber que tenemos como constructores día con día es seguir las normas y especificaciones de construcción al pie de la letra y una cosa más, los arquitectos debemos hacernos responsables por las estructuras secundarias, como plafones, gárgolas, recubrimientos y muros falsos, no pueden caer planchas de yeso, tuberías o aparatos que cuelgan sobre alguien pues lo matarían. Esto es tan peligroso como que colapse el edificio.
Documento disponible en un
sitio web: http://arquitecturamexico.wordpress.com/2012/03/27/lecciones-de-un-sismo/
Ramírez Cesar. Lecciones de un sismo.
Recuperado el 28 de Septiembre de 2013
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